No hay una persona que no tenga en su mente la palabra crisis, aunque por mucho que el gobierno y numerosas instituciones se han empeñado en que si repetimos lo contrario vamos ha salir de ella, con campañas y formulas comerciales que el único fin que tienen es intentar engañar a la sociedad a su antojo mostrando su "verdad" que no deja de ser una completa mentira.
Llamemos a las cosas por su nombre, miremos la realidad tal cual es, sin influencia de medios de comunicación parcializados por uno u otro partido político, vemos como economías tan fuertes y aparentemente intocables han sido destruidas, movimientos como socialismo, comunismo y el gran capitalismo hay fracasado rotundamente, no neguemos lo innegable por nuestras fuerzas y con nuestro conocimiento no hemos sido capaces de lograrlo, grandes economistas y poderosos empresarios han caído como cualquier otro obrero que ha sido despedido.
Queridos lectores la esencia de este mensaje es demostrar que la grandeza y todopoderosa fuerza del hombre de la persona humana no es tan grande ni tan indestructible como no han hecho creer científicos y filósofos movimientos humanistas o sectas masónicas, todos y cada una de las personas crean o no crean les guste o no les guste dependemos de un ser superior, de un ser todopoderoso y omnipotente que rige y ha regido nuestra existencia bajo leyes espirituales muy claras y definidas, nada de lo que pasa es casualidad nada fue hecho por una gran explosión ni porque en nuestra inteligencia y evolución hemos logrado lo que hoy tenemos.
Es el tiempo de volver a la sensatez de analizar nuestra forma de vivir y nuestra forma de comportarnos, de reconocer que hemos sido indiferentes y egoístas con todo lo que nos ha sido dado, pobreza y mal repartición de las riquezas, avaricia, codicia y ganancias deshonestas han invadido el corazón de nosotros la ley del mas poderoso sobre el débil y desamparado ha regido los últimos tiempos, pesemos y reflexionemos un instante si tenemos mucha culpa de los acontecimientos que ahora vivimos, cuanta parte de nuestra vida hemos dado la espalda a Dios. ¿Porqué ahora le pedimos explicaciones?, no es tiempo de pedir explicaciones es tiempo de pedir perdón y quitar el orgullo y la dureza de corazón con la que vivimos y decir Oh Señor ayúdanos que por mis fuerzas no puedo, te invito a que retes ha Dios, humíllate a el, pídele perdón, cambia tu forma de vivir y te aseguro que vendrán tiempos de paz y refrigerio a tu vida y tu familia.
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